Su propósito es guiar a la congregación  en alabanza para el Señor Jesucristo a través de la palabra de Dios cantada y expresiones de humillación,  gratitud, guerra, proclamación y reconocimiento. La música es una herramienta/vehículo  hacia la presencia manifiesta de Dios. “…nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?”, Mateo 21:16b.